¿Cuántas cosas pueden pasar en ocho años? ¿Cuántos cafés nos hemos tomado en ocho años? ¿Cuántas anécdotas nos hemos explicado en ocho años? ¿Cuántos secretos nos hemos confesado en ocho años? ¿Cuántos abrazos nos hemos dado en ocho años? ¿Cuánta gente hemos conocido en ocho años? ¿Cuánta vida hemos vivido en ocho años?

Un montón de grandes momentos. Esta es nuestra respuesta a la pregunta: ¿Qué os han dado estos ocho años? Pues sí: nos lo hemos pasado en grande. Desde que Meet BCN abrió las puertas por primera vez que hemos tenido muy clara una cosa: ser felices. La vida nos lo pone difícil a menudo pero con actitud, risas y buen ambiente todo es más fácil de llevar. Esta es la filosofía que desde el comienzo de esta preciosa aventura nos ha acompañado y así sigue acompañándonos temporada tras temporada.

Por esto nuestro espacio se ha convertido en un lugar perfecto para ser feliz. Los coworkers que trabajan en él y los que lo han hecho en algún momento de estos ocho años saben de lo que hablamos. Básicamente porque Meet BCN es sinónimo de grupo, de comunidad, de familia. Las horas de la comida son el momentazo del día, la oportunidad de ponernos al corriente de las últimas noticias, de pedir consejos, de explicarnos nuestras preocupaciones… ¿y sabéis lo mejor de todo? Que son nuestra medicina.

Y no solo ser felices, también tenemos el objetivo de hacer que los coworkers se sientan a gusto y trabajen lo más productivamente posible y con todas las comodidades que necesiten. Por este motivo, nuestro objetivo ha sido –sigue siendo y seguirá siendo siempre– hacer que aquellos que trabajan con nosotros cuando piensen en el trabajo, sonrían, y sientan que Meet BCN es un buen lugar donde crecer profesionalmente, donde desempeñar un negocio, donde impulsar un proyecto con profesionalidad.

Ocho añitos y un montón de grandes momentos. Aún nos acordamos del día que Armin confundió sostén por sartén, o cuando Céline nos explicó que mirando pisos para vivir en Barcelona insistía al comercial que lo quería con pechos altos, o cuando Susanne nos confesó que hubo un tiempo que confundía pastel con pastilla e invitó a los amigos de Barcelona de su pareja a su casa para probar la pastilla fantástica que había preparado… Si es que la vida está para reír, ¿no creéis? Está claro que sin vosotros Meet BCN no sería lo que es y las risas que protagonizan las comidas no existirían. Madre mía, ¡os queremos una barbaridad!