¿Existe la edad perfecta para emprender? Unos dirán que los más jóvenes tienen más ideas, más fuerza y son mucho más atrevidos, pero otros tendrán muy claro que los veteranos cuentan con mucha más experiencia, madurez y responsabilidad en su espalda. Y tú, ¿de qué opinión eres?
Si consideras que los jóvenes tienen más potencial, no coincides con la realidad de nuestro país. En España la media de edad de los emprendedores es mayor a la media europea. Mientras que en Europa los emprendedores oscilan entre los 18 a 34 años, aquí la media es de 38 años. Esto se debe a que ha aumentado el número de emprendedores que con más de 50 años se han lanzado a por su propio negocio.
Pero, ¿qué tienen los veteranos que no tengan los yogurines? Frases sobre la importancia de la experiencia hay a montones: que si pájaro viejo no entra en jaula, que si más sabe el diablo por viejo que por diablo, que si la experiencia es el bastón de los ciegos… En realidad, los conocimientos son una gran maleta que solo llevan las personas que tienen recorrido en el mundo laboral y personal. No olvidemos que a base de tropezarnos y caernos aprendemos y mejoramos… ¿Cuántas caídas crees que ha sufrido alguien de 18 años que se viste con traje y corbata?
Otro punto a su favor: su agenda de contactos. Conseguir una buena red de personas que te puedan interesar para tu negocio es resultado de años y años de trabajo. Lograr una agenda telefónica completa de la noche a la mañana solo es posible en sueños. Si tienes 20 años y deseas construir una red de contactos, tendrás que asistir a tantos eventos de networking que dormir se convertirá en un lujo.
Y del blanco al negro. Existe una gran lista de proyectos exitosos conducidos por personas que no superan los 25 años. ¿Por qué apostar por los más jóvenes? En general, la osadía es una cualidad natural en personas jóvenes que de mujeres y hombres con más experiencia. Con esto no queremos decir que tirarse al vacío sea sinónimo de éxito, pero sí que para emprender es necesario tomar decisiones valientes y tener valor para lanzarse por la ventana.
¡Y qué ilusión! La vitalidad, la fuerza y las ganas de comerse el mundo deben figurar en la lista de “qué tener para emprender”. El ímpetu de querer llegar lejos y tener sangre en las venas para lograrlo son requisitos imprescindibles. Es verdad que muchísimas personas mayores tienen este mismo espíritu, pero también es cierto que esto es mucho más propio de los jóvenes que empiezan a picar piedra.
En definitiva, emprendedores exitosos hay de todas las edades. Los veteranos tienen mucho a su favor en lo que a experiencia se refiere, mientras que a los jóvenes no les falta la sangre y el atrevimiento para hacerse un hueco en el mercado. ¿Eres de los que piensan que la edad del emprendedor influye en el éxito o no-éxito del proyecto? Tanto que dicen que la edad no importa…