¿Empiezas el día cansado? ¿No rindes como antes? ¿Los resultados de tu trabajo no son los que tendrías que obtener en tu empresa? ¿Sientes que has perdido la productividad que el año pasado te caracterizaba? Si tu trabajo requiere esfuerzo físico y/o mental, la energía es el ingrediente necesario para rendir y seguir el día a día a buen ritmo. Si echas en falta la energía, vamos a darte algunos consejos elementales para recuperarla y volver a ser aquel trabajador productivo y creativo que eras antes.

Dormir bien y unas cuantas horas. El sueño no está sobrevalorado, el sueño es necesario y representa la fuente de energía más importante de todas. Dormir más de siete horas es la primera de las leyes de la productividad. Si crees que tú puedes con todo durmiendo cuatro horas diarias, dínoslo dentro de seis meses…

Ejercicio: el quid de la cuestión. Practicar deporte no solo es sano para la salud de tu cuerpo, también lo es para la salud de tu mente. Aunque en el momento el ejercicio deja sin pilas, es un motor de energía fundamental para las personas. Ya sabes: una vez acabada la jornada laboral llega la hora de mover el esqueleto.

El look y la confianza. Dicen que están estrechamente ligados la imagen y la seguridad en uno mismo. Sentirte bien con el look que llevas es decisivo para tener más confianza y transmitir la sensación de seguridad y profesionalidad. Cuando nos gustamos, nos sentimos más preparados y con energía para afrontar los retos que se nos presenten.

Todos contigo. Rodearte de gente que cree en ti, en lo que haces, por lo que apuestas y compartir momentos con ellos es imprescindible para llenarte de fuerza y ánimo. El entorno es mucho más importante de lo que parece a priori. ¡Que tu familia, pareja, amigos… estén a tu lado carga las pilas!

Cuando hoy te has levantado, ¿has imaginado tu jornada laboral y casi te da un soponcio? Piénsate bien el ritmo de vida que llevas, replantéate las cosas y empieza de cero. Esta noche, antes de cenar sal a correr un rato, acuéstate a las 23 h y por la mañana, vístete a consciencia: ¡Nada podrá pararte!