Cuando las cosas van bien, los resultados son buenos; cuando el ambiente es bueno, el trabajo deja de ser trabajo; y cuando hay motivación, el camino hacia el éxito es mucho más ligero. A priori estar motivado parece la cosa más sencilla del mundo, pero en realidad son pocos los que trabajan con ilusión y ganas. En muchos casos, la responsabilidad de la motivación en el trabajo es cosa del superior, ja sea jefe de sección, área, departamento o director de la empresa. Así que si la productividad de una empresa depende en gran parte de la motivación de sus empleados, vale la pena echar un vistazo a estos consejos. ¿Preparado? Aquí van tres acciones que cambiarán el ambiente de tu negocio.

Escucha. Uno de los grandes errores que cometen los directivos es no prestar atención a sus trabajadores. Nadie mejor que ellos conoce el funcionamiento del negocio y quizás si les hicieran más caso las cosas irían mejor. Escucha las sugerencias, peticiones, reclamaciones y opiniones de todos aquellos que intervienen en el proceso de producción, porque en sus palabras radica algo muy valioso.

Apoya. Dicen que las personas preferimos que nos comprendan antes de que nos juzguen. En el entorno laboral es importantísimo que los empleados se sientan apoyados y ayudados por su superior, puesto que esto les proporciona mucha confianza y los resultados son mejores para la empresa. Cuando nos sentimos protegidos es cuando mejor trabajamos, porque el ambiente es agradable y el esfuerzo no tiene el mismo precio que en un entorno tóxico.

Celebra. ¿Cuántas veces os hemos dicho que aquello que más une en el trabajo es la celebración de algo en compañía? Cualquier excusa es buena para brindar por algo, salir a comer juntos o hacer un afterwork de vez en cuando. Son las fiestas, las risas y las conversaciones fuera de la oficina lo que genera buen ambiente entre los compañeros de trabajo. Ya lo ves, no subestimes la felicidad en el trabajo, los resultados van muy ligada a ella.

Solo con aplicar estos cinco consejos el ambiente de tu empresa no tendrá nada que ver con el que tiene hoy. Levantarse cada día para ir a trabajar no es algo que a muchos les apetezca hacer, y esto debería ser muy distinto. Cuando estás a gusto en tu espacio de trabajo, disfrutas de buena compañía y tu jefe te escucha, te apoya y organiza celebraciones de vez en cuando, ¿no te apetecería ir a trabajar? Sí, señores, las cosas cambian mucho cuando uno está bien donde está.