Seguro que en noviembre tu nivel de productividad está al máximo, pero con el calor rindes menos de lo que deberías. Desde que empezaron a subir las temperaturas que te es difícil concentrarte. Quizás tu mente está viajando a las Filipinas o le ha dado por volverse vaga… Sea como sea, te traemos las claves para dejar de vivir esta situación y cambiar radicalmente.
Modo avión. Aunque no quieras, tu móvil siempre te acecha para que lo mires a menudo. De forma interrumpida pasamos un total de dos horas diarias enganchados a nuestro Smartphone. Su influencia es tan grande que olvidamos todas las tareas a las que tenemos. El modo avión es una gran solución: ahorras batería y desconectas del mundo, pero a un solo clic de volver a estar activo.
Elimina distracciones. Pero el móvil no es la única distracción. La televisión, el Facebook, la nevera… Si quieres ser más productivo, deberías prescindir de unos cuantos estorbos. Esta es una de las razones por las que el coworking es una gran opción de trabajo. Aquí no existen distracciones y el ambiente invita a rendir. No querrás ser menos que tus compañeros coworkers que se pasan la jornada laboral a un ritmo de vértigo, ¿no?
Identifica tus horas pico. Todos tenemos un horario de rendimiento personal y no es el mismo para ti que para tu hermano. Nuestro consejo es que sepas identificar estas horas en las que produces más y reservártelas para las tareas más complejas. Si no eres de los que rinde después de comer, quizás no deberías dejar el súper informe de la semana para la hora de la siesta…
Delega responsabilidades. No eres Superman, sentimos decírtelo así de golpe, pero tienes que darte cuenta que no puedes con todo. Delegar no es aceptar la derrota, es ser consciente de que el volumen de trabajo requiere la dedicación de más de una persona. De esta forma, si encargas parte de tus tareas a otros empleados, los resultados de tus actividades con seguridad serán mejores.
Transforma tu espacio. Los cambios siempre son positivos y, aunque sea un tópico, es una verdad como un templo. Cuando pasamos días, semanas, meses y años trabajando en un mismo espacio, nuestra mente necesita un estímulo externo, ¿y qué mejor que un cambio de lugar? Puede ser una reestructuración del espacio, pintar las paredes, cambiar los muebles, o mudarte a un espacio de coworking.
La productividad es la clave para ser un buen profesional. No basta con tener conocimientos, ser un crac en finanzas o dominar a la perfección cinco idiomas. Si tienes todo esto y más, pero tu nivel de productividad es discreto, muchos profesionales te pasarán la mano por la cara. Ha llegado el momento de rendir más y mejor. ¿Preparado? 3, 2, 1…