“¿Te vas a poner a estudiar letras? ¡Pero si lo que importa son los números!”. Esta frase, que tantas veces hemos oído a nuestro entorno, pone de manifiesto la consideración que la mayoría de nosotros tiene de las carreras de humanidades. Sí, que los números son básicos y la ciencia es fundamental para el desarrollo de la sociedad (blablablá), pero las palabras también tienen su relevancia. De hecho, en toda relación humana hay palabras y si el mundo está hecho de relaciones humanas, no hace falta decir nada más… Las palabras tienen muchísimo poder y hay frases que tienen la capacidad de cambiarnos la vida.

A continuación están camufladas más de diez frases motivadoras para emprendedores, para personas que, como tú, están construyendo un sueño y se están dejando la vida en ello. Esperamos que este texto te sirva como guía. No hace falta que lo memorices, pero es importante que no lo dejes de tener en cuenta. ¿Preparado?

Hay tres tipos de personas: los que hacen que las cosas pasen, los que miran las cosas que pasan y los que preguntan qué pasó. Y tú, ¿de qué tipo eres? Hay quien sueña con hacer grandes cosas, mientras otras personas están despiertas y las hacen. Por lo tanto, si quieres empezar algo importante, no debes olvidar una palabra: acción. Piensa siempre que el coste de equivocarse es menor que el coste de no hacer nada. Así pues, cometer errores es necesario para que algún día puedas hablar de triunfo. En esta línea, muy claro lo tenía Churchill, pues a él le debemos la célebre frase “el éxito es la capacidad de ir de fracaso en fracaso sin perder entusiasmo”. En definitiva, el empeño, las ganas y la constancia son la madre del cordero y si el plan A falla, recuerda que existen 25 letras más.

Lo más importante es que pongas la primera piedra, aunque no sea la más bonita. Es decir, no tienes que ser de los buenos para empezar, pero tienes que empezar para ser de los buenos. ¿La palabra clave? Comienzo. Muchos de los proyectos que tenemos se quedan en ideas y no llegan nunca a ser tangibles por miedo o falta de convicción. Está claro que nada tarda tanto en llegar como lo que nunca se empieza. Así que fuerza, confianza y seguridad, y si tienes un pequeño bache, recuerda que tan solo los mediocres nunca tienen un mal día. Las adversidades con las que te puedes encontrar en el largo camino hacia el éxito pueden servirte como retos a los que hacer frente y tras la superación de los cuales serás otra persona. Está claro, no puede impedirse el viento, pero hay que saber construir molinos.

Aunque alguna de estas frases te ha hecho despertar, no olvides que solo son palabras. Sé realista: todo cuesta en esta vida y por mucha palabra que leas o escuches, debes recordar que son las acciones lo que cuentan. ¿A qué esperas para poner esta –bonita o no- primera piedra?