Aunque parezca mentira, todavía nos encontramos con clientes que se muestran sorprendidos –y felices, ¡muy felices!– cuando les confirmamos que sí, que en Meet BCN también disponemos de despachos privados. ¿Pero en los coworkings no son todo espacios abiertos? ¿Las oficinas privadas no son exclusivas de los business centers? ¡Nada más lejos de la realidad! De espacios de coworking existen de todo tipo y muchos ofrecen tanto mesas de trabajo en salas compartidas como despachos privados.
Si te apasiona el espíritu colaborativo propio de los coworkings pero la naturaleza de tu profesión te obliga a buscar un espacio exclusivo para ti, ¡tenemos buenas noticias! Puedes disfrutar de todas las ventajas del coworking sin renunciar a un despacho privado.
La privacidad como valor diferencial en los despachos privados
Seamos realistas, no todas las actividades profesionales son adecuadas para realizarse en salas compartidas de coworking. Ya sea porque trabajas con documentación sensible y muy confidencial, porque pasas horas y horas pegado al teléfono y te sabe mal molestar al resto de coworkers, porque te distraes incluso viendo volar a una mosca -¡y no digamos ya trabajando rodeado de gente!- o porque simplemente quieres tener un espacio exclusivo para tu empresa. Sea cual sea tu caso, los despachos privados brindan un plus de intimidad y privacidad que no ofrecen las salas de coworking.
Los coworkings son mucho más que espacios de trabajo compartido
Tener un despacho privado no significa sacrificar, a cambio, las oportunidades que ofrece el coworking. Tanto si trabajas en una sala compartida como privada, serás coworker de pleno derecho y podrás disfrutar de todas las ventajas que te ofrecen estos espacios de trabajo flexible.
¿Y cuáles son, precisamente, estas ventajas? La primera que podría venirnos a la cabeza es el gran ahorro económico que consigues al alquilar un espacio de trabajo en un coworking. Nada de multitud de facturas de alquiler, agua, luz, climatización, limpieza, internet… En un coworking pagarás una única factura con la mayoría de los gastos de proveedores incluidos.
¿Que no nos convence el espacio? ¡No hay problema! Si tuvieras un despacho privado propio seguramente tendrías un contrato de permanencia mínimo de 12 meses. En el caso de que quisieras rescindirlo con antelación, ¡nos asustamos solo de pensar en el tipo de penalizaciones que se aplican hoy en día! Los coworkings como Meet BCN, en cambio, están pensados para dar la máxima libertad y flexibilidad a autónomos, pymes y startups para que puedan trabajar cuándo y dónde quieran, sin letra pequeña ni permanencias tan estrictas.
Pero no todo acaba aquí. Más allá del beneficio económico, el coworking también mejora increíblemente nuestra salud mental. Cuando trabajas día sí y día también desde casa, los días suelen pasar de forma repetitiva y el aislamiento nos cobra factura. El coworking nació con la voluntad de crear un auténtico sentimiento de comunidad –o #MeetFamily, como nos gusta llamarlo a nosotros- entre sus miembros. Compartir no solo el espacio, sino vivencias y experiencias junto a otros emprendedores en un ambiente inspirador nos enriquece y nos motiva para trabajar mejor.
Más allá de los lazos personales, el coworking también puede ser toda una incubadora de sinergias y colaboraciones profesionales. ¿Necesitas una abogada, un programador, una arquitecta, un diseñador gráfico…? Levanta la cabeza, ¡puede que sea justo el coworker que se sienta a tu lado!
Como habrás podido comprobar, no son pocas las ventajas que ofrecen los espacios de trabajo flexible. Así que recuerda: si buscas un despacho privado, ¡no renuncies a tenerlo en un coworking!