El sector del coworking y de los espacios flexibles –también conocidos como Flex- se encuentra en constante transformación. Tras años y años de crecimiento, el confinamiento y la situación provocada por la Covid-19 pusieron en pausa la expansión de estos espacios de trabajo. No obstante, el mercado Flex llegó hace ya tiempo para quedarse y, aunque haya pasado por algún que otro bache en los últimos dos años, este sector es ampliamente conocido por su capacidad de adaptación.

Una adaptación que, como muestra el Informe Espacios Flexibles 2021 de la consultora inmobiliaria CBRE, pasa por detectar las nuevas necesidades y prioridades de los usuarios y ofrecerles planes cada vez más personalizados en este entorno tan cambiante.

¿Hacia dónde avanza el mercado de los espacios flexibles?

Parece que, desde el último trimestre de 2021, por fin se están recuperando los niveles de ocupación en los espacios flexibles. Y lo hace a una velocidad realmente sorprendente.

La coyuntura creada por la Covid-19 ha cambiado totalmente los esquemas de trabajo que tenían muchas empresas, sobre todo grandes corporaciones y multinacionales que estaban especialmente acostumbradas al concepto de oficina tradicional. La imposición del teletrabajo ha dado lugar a nuevos modelos como el blended working, en los que toman un papel especial la contratación de espacios flexibles y el coworking.

El ranking de contratación de espacios flexibles en España lo encabeza Barcelona, ciudad que precisamente ha sido señalada en varias ocasiones como capital del coworking. Así pues, la contratación de estos espacios en 2021 fue, como indica el informe de CBRE, de 30.000 m2 en la capital catalana. ¡Prácticamente el triple que en Madrid!

Flexibilidad y personalización: principales prioridades de las empresas para contratar espacios flexibles

El creciente interés por los espacios de trabajo flexibles y el coworking no se centra, según apunta CBRE, en el “café gratuito, la comunidad o los afterworks, sino en la flexibilidad y la eficiencia” que pueden ofrecer estos espacios. De esta forma, tanto autónomos como pymes e, incluso, grandes empresas buscan como prioridad principal un servicio profesional y de calidad, acompañado de planes flexibles que sean fácilmente personalizables y que puedan adaptar a sus necesidades particulares. Quedan atrás, por lo tanto, aquellas modalidades y propuestas cerradas que sí que encontrábamos, en cambio, en los inicios del coworking.

La inestabilidad económica actual provoca cierta desconfianza y precaución en los usuarios de los espacios flexibles. La mayoría de ellos ha asumido el fin del concepto de oficina tradicional pero, antes de dar el paso hacia el coworking, quieren asegurarse ciertas garantías.

Entre los requisitos que más valoran en la elección de un nuevo espacio de trabajo, se encuentra la disponibilidad de planes escalables para crecer o decrecer –aumentando o disminuyendo el número de mesas o espacios de trabajo contratados- cuando lo necesiten, sin esperar al vencimiento del contrato.

Coworking y espacios flexibles para mejorar el bienestar de los trabajadores

Además de la eficiencia y la flexibilidad, las empresas también han marcado nuevas prioridades a la hora de contratar espacios flexibles. Entre las primeras posiciones, encontramos el bienestar en el trabajo, la sostenibilidad y la tecnología. Y no es de extrañar. Por un lado, la innovación tecnológica está tomando un papel importante en la mejora de procesos de muchas empresas. Además, el contexto actual de crisis climática y el cansancio prolongado provocado por la Covid-19 ha hecho que tomen importancia nuevos valores dentro de la responsabilidad social corporativa de muchas marcas. Estas se preocupan más que nunca por aspectos como la sostenibilidad y el bienestar de sus trabajadores.

De hecho, el principal activo de cualquier empresa es su capital humano. Y si este está feliz y motivado, trabajará de forma mucho más eficiente y productiva. Los espacios de trabajo flexible y el coworking se convierten, pues, en una magnífica solución para que las empresas mejoren el bienestar de sus trabajadores. Ofrecen horarios más flexibles, mayores posibilidades de conciliación laboral y zonas de ocio y descanso en el propio centro de trabajo.