Llevas días dándole vueltas: “Coworking… ¡En septiembre me apunto a un coworking!”. Lo dices convencido mientras se te escapa una lagrimita al tachar en el calendario la última semana de agosto. Fin de las vacaciones. Vuelta a la rutina. El montón de trabajo que se te viene encima es considerable y empiezas a notar como corre un sudor frío por tu espalda solo de pensar que tendrás que trabajar desde casa. “No, este septiembre empiezo con buen pie. Me apunto a un coworking”.

Puede que te parezca exagerado, pero esta es una de las mejores decisiones que puedes tomar tanto para tu salud mental como empresarial. Cuando des el paso, te garantizamos que no te arrepentirás. Y si no, mira todo lo que el coworking puede hacer por ti:

Gestiona mejor el estés. Para muchos de nosotros, septiembre es un mes intenso. La mayoría de personas vuelve a la rutina después de las vacaciones y a ti se te acumulan a montones los encargos de clientes y los nuevos proyectos. Trabajar en un coworking puede ayudarte considerablemente a gestionar mejor tus niveles de estrés. ¿Qué tal si te tomas un café con Irene durante el break o pides consejo a Robert sobre ese asunto tan tedioso que no sabes cómo resolver?  En un coworking formarás parte de una comunidad y no te sentirás nunca asilado, ¡aprovéchalo!

Comodidad y equipamientos. Vale, puede que seas un afortunado y tengas tu propio despacho, pero la mayoría de los mortales no podemos instalar una zona de trabajo adecuada en casa. En un coworking tienes todas las comodidades y equipamientos que necesitas para rendir al máximo: aire acondicionado, calefacción, mesa de trabajo espaciosa, silla ergonómica, lámpara de sobremesa, estanterías y bucks para guardar los archivos, Internet por cable de alta velocidad, wifi, salas de reuniones… ¿Se puede pedir más?

Productividad. No nos cansaremos de repetirlo: trabajar en un coworking aumenta exponencialmente tu productividad. Da igual las horas que pases delante del ordenador. Cuando trabajas en casa, tienes cientos de distracciones a todas horas: la nevera, la tele, la lavadora, el perro… Siempre encuentras cualquier excusa para dar un parón. En un espacio de coworking se respira creatividad y concentración, ¡y eso se pega!

Mejora tu branding. ¡Tanto de tu marca personal como de tu empresa! El hecho de trabajar en un espacio profesional como un coworking hará que tus clientes te miren con otros ojos. Si no, cítalos en cualquiera de nuestras salas de reuniones y verás como quedan encantados y con la boca abierta. Además, la ubicación de una empresa también se asocia directamente con el prestigio de esta. ¿Se te ocurre un lugar con mayor renombre empresarial que la archiconocida Rambla de Catalunya? Cualquiera tendrá envidia de ti por trabajar en esta zona 😉

A todos nos cuesta superar la depresión postvacacional, pero es hora de retomar rutinas y buenos hábitos. Olvídate de procrastinar y cumple con los objetivos que te habías marcado: “¡Este septiembre empiezo con buen pie. Me apunto a un coworking!”. Quedan más que claros los beneficios y ventajas de empezar en un espacio de trabajo compartido después de verano. Si lo único que te faltaba era ese pequeño empujón, ¡esperamos haberte ayudado! 😀