Septiembre es siempre un mes de cambios, de novedades, de comenzar nuevos proyectos o de retomar aquellas negociaciones que tanto prometían antes de empezar el verano. Si hay un mes fuerte en el mundo empresarial, este es el septiembre. Por este motivo, te recomendamos que te lo tomes en serio y hagas las cosas cómo se deben hacer. En un espacio de coworking estarás mucho más tranquilo, te concentrarás mucho más rápido y tu productividad crecerá exponencialmente. ¿Aún no estás convencido?

Controla tu jornada laboral. Aunque seas autónomo, debes tener una estabilidad de horarios. Ya has comprobado que si trabajas desde casa te pasas más de diez horas cada día delante del ordenador. Si vienes a un espacio compartido verás que respetar el horario es mucho más fácil. Aquí comemos todos a las 14 h y durante una hora tenemos la obligación moral de vernos las caras, charlar y reír. Cuando son las 19 h, la luz natural empieza a bajar y cada vez hay menos gente en el coworking. Quizás ha llegado el momento de irte a casa y desconectar del trabajo hasta mañana.

No sabías qué era la productividad hasta ahora. ¿Que en casa te distraes? Tranquilo, es normal: televisión, lavadora, nevera, revistas… Aquí, no. En un coworking estás tú, tu ordenador y tus compañeros. Toda la sala está en silencio y trabajando con aparente entusiasmo, tú no puedes ser menos y la dedicación se contagia. Aquí parecemos todos adictos al trabajo, pero la verdad es que trabajar en silencio y en un ambiente idóneo son las condiciones perfectas para despertar la productividad que tienes dentro.

Tu entorno personal te lo agradecerá. Si justo ahora empiezas a trabajar desde casa no sabrás por dónde van los tiros, pero la gente que lleva meses y años haciéndolo conoce perfectamente el agobio y estrés que provoca trabajar en el mismo espacio en el que vives. Para muchos, esto comporta entrar en un círculo vicioso que te cambia el humor, el carácter y las ganas que tenías antes de meterte en el proyecto. El problema no es el tipo de trabajo que haces, sino el espacio donde lo desarrollas. Prueba un espacio de coworking y sal de casa para ir al trabajo: ¡notarás la diferencia!

Trabajarás para vivir. Al acabar estas vacaciones has pensado: de ahora en adelante, no voy a dejarme la piel otra vez con el trabajo. Voy a cambiar las cosas y dejar de vivir para trabajar y empezar a trabajar para vivir. ¿Esto qué significa? Que los negocios son importantes, que tus proyectos son claves para tu vida profesional, pero que después de la jornada laboral también eres persona, que debes irte a tomar unas copas, al cine, a la piscina, de conciertos, al teatro… No dejes que todo sea trabajo, la vida es demasiado importante como para subestimarla de esta forma.

Ya ves, trabajar en un coworking supone un cambio de ritmo, un cambio de estilo de trabajo y un cambio de vida. Aquí te estaremos esperando para que tú mismo lo compruebes en primera persona. ¿Decidido? 😉