Atrás queda aquel tiempo en el que llegabas a la oficina, siempre puntual a las 9 h, fichabas, trabajabas tus 8 horas diarias y regresabas a casa. Día tras día, sin excepción. Estamos ante un cambio de paradigma laboral: la oficina tradicional deja paso al trabajo híbrido o blended working, un nuevo modelo que combina el teletrabajo y el trabajo presencial y en el que, además, el trabajador tiene el poder para decidir cuándo y dónde desarrollar su jornada laboral. Nada mal, ¿verdad?
Si echamos la vista tan solo un par de años atrás, nos parecería que el trabajo híbrido únicamente podía aplicarse en profesiones vinculadas al sector tecnológico o en el caso de nómadas digitales. Sin embargo, la pandemia del coronavirus nos ayudó, para bien o para mal, a ponernos las pilas en materia de teletrabajo.
Si bien es cierto que esta circunstancia aceleró y propició la implementación del trabajo híbrido en muchas empresas, la razón por la que está ganando cada vez más adeptos es por su propuesta de valor y sus claras ventajas. Así que sí, podemos afirmar rotundamente que el trabajo híbrido ha llegado para quedarse.
El trabajo híbrido ofrece beneficios tanto para trabajadores como empresarios
Lo bueno del modelo de trabajo híbrido es que, a priori, beneficia a ambas partes dentro de la empresa, tanto al trabajador como al empresario.
Gracias al trabajo híbrido, los empleados ganan autonomía y libertad para elegir dónde y cuándo trabajar. Se difuminan, por lo tanto, las barreras horarias y de espacios. Los empresarios, por su parte, ahorran en los costes fijos que supone el alquiler de una oficina tradicional, a la vez que consiguen trabajadores más felices y motivados gracias a la flexibilidad que permite este modelo de trabajo.
En un primer momento, se temía por la caída en picado del rendimiento laboral en los casos en los que se implementara el trabajo híbrido, pero la experiencia ha demostrado todo lo contrario. El hecho de poder asistir a un espacio físico donde trabajar con otros compañeros en un ambiente cómodo y creativo mejora la productividad, ya que se evita el aislamiento social y las distracciones propias del teletrabajo en casa.
No cabe olvidar, además, que el trabajo híbrido también ha facilitado la búsqueda de talento para las empresas, puesto que al no estar restringidas por barreras geográficas pueden conseguir perfiles profesionales de cualquier lugar del mundo.
Trabajo híbrido, teletrabajo, flex office… ¿Es todo lo mismo?
Rotundamente, ¡no! Es cierto que, para aquellos que no estén familiarizados con este nuevo modelo de trabajo, puede sonar todo un poco a lo mismo. Pero existen diferencias importantes que cabe señalar cuando hablamos de teletrabajo, trabajo híbrido y flex office.
Como hemos indicado anteriormente, el trabajo híbrido es una modalidad de trabajo que permite combinar el trabajo presencial con el teletrabajo. Así pues, el teletrabajo es solo una de las opciones que permite el trabajo híbrido, pero no la única. Y entendemos por teletrabajo –o trabajo a distancia- aquel modelo en el que el trabajador desarrolla su actividad profesional de forma remota fuera de la oficina propia de su empresa, gracias a las tecnologías de la información y la comunicación. El teletrabajo, por lo tanto, se puede llevar a cabo desde prácticamente cualquier lugar con buena conexión a Internet: tu propia casa, un hotel, una cafetería…
Por último, definimos el flex office como el lugar físico –y no una modalidad de trabajo- en el que podemos establecer nuestra oficina y trabajar de forma flexible gracias a los diferentes planes y modalidades que ofrece cada espacio.
El coworking facilita el trabajo híbrido
La propuesta más popular dentro del flex office son los centros de coworking. Se trata de espacios de trabajo totalmente equipados e ideados para facilitar el trabajo híbrido.
De esta forma, los coworkers –es decir, los usuarios de estos espacios- disponen de todas las facilidades que necesiten para desarrollar su trabajo de forma óptima: espacios de trabajo fijos, cómodos y totalmente equipados, posibilidad de contratar modalidades hot desk, despachos privados, Internet de alta velocidad, climatización, zonas comunes y de relax, acceso a salas de reuniones, servicios de recepción y secretariado, servicios de oficina virtual, entre otros.
Pero si hay un activo que realmente aporta valor a un espacio de coworking es precisamente su comunidad. Quienes han teletrabajado durante largos periodos desde casa saben lo solitario e improductivo que puede resultar a veces. Sin embargo, en un coworking encontrarás una comunidad de profesionales con quienes compartir experiencias, anécdotas y cafés en un lugar de trabajo creativo e inspirador.