Te presentamos las principales diferencias que existen entre tres espacios de trabajo distintos y que actualmente están muy de moda: oficinas compartidas, business center y espacios de coworking. El lugar donde inviertes tu jornada laboral es muy importante, seguramente más de lo que te imaginas. Factores como la calidez, la decoración, la luminosidad, el ruido, entre muchos otros pueden determinar tu productividad y tus resultados profesionales. Pero… ¿Y la compañía? Los tres modelos responden al trabajo compartido, porque no es lo mismo trabajar solo que en compañía…
Empecemos por las oficinas compartidas. No son un negocio, sino simplemente una forma perfecta de que una empresa reparta gastos con otro negocio distinto. De este modo, alquilando parte de la oficina, los costes no los asume una sola empresa. El objetivo de su existencia es exclusivamente el ahorro económico y, por este motivo, no es necesario que exista relación entre los negocios.
Nos vamos de oficina compartida a business center. Nos abre la puerta el recepcionista, a la derecha hay un equipo de secretariado, andando por sus pasillos a izquierda y derecha tenemos diferentes salas de reuniones y, al final, nos encontramos varias zonas divididas, en cada una de las cuales hay una empresa distinta. Se trata de un gran centro de trabajo, con empresas que no necesariamente tienen que establecer contacto entre ellas y con una gestión que en sí es todo un negocio.
Y de la independencia a las sinergias. Los coworkings son, a diferencia de las dos anteriores opciones, los espacios de trabajo ideales para establecer relaciones profesionales. El networking es uno de sus pilares y la inexistencia de divisiones físicas lo pone de manifiesto. Suelen ser espacios abiertos, con lo que ver las caras de otros coworkers mientras trabajas es lo más normal del mundo.
Cada día son más las personas que se unen al trabajo compartido y estos tres modelos de espacio son muestra de ello. A favor tienen tres elementos fundamentales en todo negocio: la inmediatez, la flexibilidad y el ahorro. Todo esto hace que compartir un espacio de trabajo se haya convertido en una experiencia interesante para muchas empresas. En el hecho de compartir los empresarios ven una oportunidad económica única, una opción de agilizar el proceso de alquiler de un espacio, o una forma idónea de ampliar su red de contactos y crear nuevas relaciones con otras empresas. Cada una de las tres opciones que te hemos presentado son igual de lícitas y su elección depende de lo que estés buscando. Puede que un cambio de tipo de espacio sea lo más acertado para tu clase de negocio… ¿Se ajusta tu trabajo a tu tipo de oficina? ¿Alguna vez te lo habías preguntado?