En un mundo donde la lucha por la crisis climática se ha convertido en una prioridad, la sostenibilidad está llamada a tener un impacto relevante en cada uno de los ámbitos de nuestra vida. Los espacios de trabajo no son excepción y, entre ellos, el coworking se posiciona como una solución inteligente y más sostenible para el trabajo colaborativo.

Los espacios de trabajo compartidos ofrecen beneficios tanto para los profesionales independientes como para las empresas que se establecen, a la vez que fomentan prácticas respetuosas con el medio ambiente. Veamos, pues, de qué forma pueden los coworkings impulsar la sostenibilidad y cómo pueden tanto los responsables de los espacios como comunidad promover un cambio positivo en el panorama empresarial.

El coworking como impulsor hacia un futuro más verde

Cada vez más empresas y autónomos optan por modalidades de trabajo flexible o blended working, y eligen el coworking como solución desde donde desarrollar su actividad. Entre las ventajas que les impulsan a dar el paso y cambiar el home working o la oficina tradicional por el coworking destacan la flexibilidad horaria, la ubicación estratégica de los espacios, los servicios profesionales y el confort que ofrecen, la disponibilidad de salas de reuniones y eventos, el ahorro económico, la conciliación de la vida personal y laboral, así como la posibilidad de estar en contacto con otros coworkers con quienes charlar, compartir buenos momentos e incluso crear sinergias y colaborar.

Además de todo ello, muchas empresas buscan también espacios comprometidos con el medio ambiente que adopten acciones concretas para fomentar la sostenibilidad. Espacios que, en definitiva, estén en sintonía con sus valores empresariales y sus planes de responsabilidad social corporativa.

El coworking es, a priori, una modalidad de trabajo que tiene el potencial para convertirse en una alternativa más sostenible que la oficina tradicional. La clave para conseguirlo reside, precisamente, en la razón de ser del coworking: compartir recursos y espacio con otros coworkers. De esta forma, se optimiza el espacio útil, se reduce el consumo eléctrico y de otros suministros, y se mejora la eficiencia energética.

Sin embargo, para que podamos considerar que estos espacios son realmente eficientes, tienen que aplicarse la sostenibilidad de forma transversal en la construcción y el diseño de los espacios de coworking. Algunas de las acciones que marcan la diferencia son, por ejemplo:

  • El uso de materiales duraderos y reciclables en el diseño de los espacios.
  • Incorporar paneles solares en las azoteas y promover el uso de fuentes de energía verdes.
  • Diseñar espacios con grandes ventanales que permitan aprovechar la luz natural en las salas de trabajo. En las zonas en las que no sea posible disfrutar de luz natural, emplear igualmente luminaria eficiente como las luces LED.
  • Optimizar el aislamiento de la oficina para mejorar el consumo y reducir las emisiones.
  • Incorporar plantas que mejoren la calidad del aire.
  • Fomentar el uso de medios de transporte sostenibles como la bicicleta, incluyendo aparcamientos en aquellos centros que tengan espacio para ello.
  • Fomentar el reciclaje en la oficina.
  • Instalar sistemas de ósmosis o filtro de agua para evitar la compra de botellas de plástico.
  • Hacer un uso responsable de la climatización y programar una temperatura adecuada que favorezca el confort de los coworkers.

La comunidad en el coworking también puede adoptar acciones individuales sostenibles

La responsabilidad para fomentar la sostenibilidad en los espacios de trabajo no reside únicamente en los gestores de los coworkings. Su comunidad de miembros también pueden implementar medidas individuales que contribuyan a generar un impacto positivo en el medio ambiente y reduzcan su huella de carbono. Entre ellas, pueden adoptar acciones como:

  • Apagar los equipos informáticos al finalizar la jornada de trabajo o activar el modo “ahorro de energía” cuando no tengan que usarlos.
  • Optar por la documentación en versión digital siempre que sea posible e imprimir únicamente cuando sea necesario.
  • Traer la comida en tupper. De esta forma, evitarás usar cubiertos desechables y comprar comida preparada en envases de un solo uso.
  • Hacer un uso responsable de la luz y el agua en el espacio de trabajo.
  • Comprar en comercios locales. Aunque Amazon sea cómodo y práctico, la logística que requiere y la cantidad de cajas que envía no es una solución nada sostenible. Comprando localmente ayudarás a los pequeños emprendedores de tu barrio y contribuirás a mejorar la sostenibilidad.
  • Reciclar siempre que sea posible y separar correctamente los residuos.

Aunque existes muchas otras acciones que se pueden adoptar, estos son solo algunos ejemplos de cómo podemos contribuir y aportar nuestro granito de arena para crear un entorno más sostenible. El objetivo es promover prácticas responsables que mejoren nuestro bienestar y tengan un impacto positivo tanto en la comunidad como en el medio ambiente.