¿Imaginas un estilo de vida que te permitiera la libertad de trabajar desde cualquier lugar del mundo mientras viajas? A grandes rasgos, esto es lo que persigue precisamente el nómada digital. Son un perfil profesional en auge que trabaja de forma remota sin asentarse en un determinado lugar.
No obstante, lo de “trabajar desde cualquier lugar” tiene matices. Como cualquier otro profesional, los nómadas digitales también necesitan unos recursos determinados y un ambiente propicio en el que dedicar su jornada laboral. Los coworkings son espacios totalmente equipados y habilitados para trabajar de forma productiva y flexible. Por ello, no es de extrañar que se hayan convertido en la oficina favorita para los nómadas digitales. Y si no, ¡mira todas las ventajas que les ofrecen!
Contar con una buena infraestructura y equipamientos
Trabajar desde un moderno café o incluso desde una tumbona de playa de cualquier isla paradisíaca puede parecer algo de lo más molón. Pero si realmente necesitas ser productivo, sentimos decirte que esta opción no es la más indicada. El constante movimiento de los nómadas digitales y su ritmo de vida suele ser incompatible con el alquiler de una oficina tradicional vinculada a una base de trabajo fija y a contratos con varios meses de permanencia mínima.
La alternativa, a priori fácil y económica, por la que podrían optar algunos nómadas digitales podría ser la de trabajar desde cualquier lugar que simplemente cuente con conexión a Internet. Pero a la práctica, lo barato acaba saliendo caro: el wifi es lento, las sillas incómodas y tú no consigues concentrarte en tu trabajo.
Los espacios de coworking son la solución perfecta para aquellos profesionales que necesitan un espacio de trabajo totalmente equipado diferente a la oficina tradicional: con sillas ergonómicas, escritorios amplios, Internet por cable y wifi de alta velocidad, climatización, impresoras multifunción, acceso a una cocina equipada y zonas de descanso y ocio, disponibilidad de salas de reuniones para encuentros con clientes, socios o proveedores, salas de llamadas o videoconferencias, soporte IT y servicios de secretariado y recepción, entre otros. ¡Y todo ello con modalidades de acceso y tarifas mucho más competitivas de las que podrían conseguir si tuvieran que invertir en alquilar un espacio propio!
Disfrutar de la flexibilidad
Insistimos en remarcar que los nómadas digitales no son turistas con un portátil bajo el brazo. Sus responsabilidades laborales les obligan a disponer de un espacio de trabajo adecuado. Sin embargo, y a diferencia de otros perfiles, la mayoría de ellos disfrutan de una mayor flexibilidad en cuanto a horarios y localización.
Las modalidades de acceso que ofrecen los espacios de coworking están pensadas precisamente para favorecer al máximo la flexibilidad. De esta forma, encontramos pases por horas, diarios, semanales, espacios fijos, espacios hot desk y todo tipo de planes para que cada coworker pueda escoger el que mejor le convenga. Los contratos, además, no están vinculados a permanencias estrictas y suelen renovarse de forma mensual, así que los nómadas digitales tienen prácticamente total libertad para contratar un espacio de coworking cuando quieran.
Rodearse de una comunidad abierta y emprendedora
Los nómadas digitales son personas de mente abierta, inquietas y extrovertidas. Su estilo de vida les obliga a pasar a menudo largas temporadas lejos de su familia y amistades. Por ello, encuentran en el coworking un salvavidas en el que combatir el aislamiento propio de trabajar en casa y conocer a una comunidad de profesionales como ellos con quienes conectar, relacionarse y compartir experiencias.
Pero el coworking no solo te hace crecer a nivel profesional. También es el lugar perfecto para enriquecerse en el ámbito profesional, ya que puedes asistir a los muchos eventos y workshops que organizan, así como encontrar coworkers con quienes intercambiar ideas, hacer networking y crear nuevas sinergias.